EL VIAJE
Dicen que la Vida es “el Viaje”, del que sabemos su origen pero no cuál es su destino.
Mis viajes como en la propia vida lo importante es el viaje, no me importa tanto adónde voy sino por donde, tanto es así que en muchos viajes el destino se convierte tan solo en un punto más del viaje, en el punto de buscar por donde vuelvo, para así proseguir viajando de regreso a mi destino que, como también en la vida, volvemos al lugar de dónde venimos. Visto así puede parecer inútil, ir a ningún sitio y a todos, solo me he dado una vuelta, pero como dije antes lo importante es el camino y todo el bagaje que acumulas en cada etapa que en mi caso no consiste en volver con mercancías sino con sensaciones, con instantes vividos que intento capturar a través de mi objetivo convirtiendo de ese modo las instantáneas en un sencillo diario que me permite recordar el viaje, el tiempo, los lugares, las gentes; es mi memoria, la memoria de la luz, pues es a ella a quien atrapo en esa mágica máquina que es la cámara fotográfica.
Por lo que diseño los itinerarios cargándolos de alternativas, de cosas que ver, pero siempre surge la improvisación por lo que como la vida, se hace andando. Me centro por tanto en zonas geográficas, pues mis viajes siempre son itinerantes (no viajo con muchas comodidades, pero me gusta viajar a la antigua usanza), me detengo donde me gusta donde algo se me descubre, deteniéndome un momento, o todo un día, o su noche, libando de sus encantos hasta que me sacio, y prosiguiendo el camino en busca de nuevos lugares, de nuevos paisajes, de otra playa maravillosa, de otro antiguo pueblo cargado de historia, de montañas, de bosques, de ruinas milenarias, de rincones por los que hace mucho no ha pasado nadie, ni siquiera el tiempo. Buscando, por donde paso, sobre todo el paisaje, la cambiante orografía que te permite disfrutar el camino, los restos de la historia que como migas de pan voy siguiendo y descubriendo, y como no, sus gentes disfrutando de la idiosincrasia de cada lugar.