Es un hecho ampliamente aceptado que el conocimiento y la
comprensión de los orígenes y del desarrollo de las sociedades humanas
revisten una importancia fundamental para toda la humanidad, ya que sirven
para identificar sus raíces culturales y sociales. El patrimonio
arqueológico constituye el testimonio esencial de las actividades humanas
del pasado. Su protección y su adecuada gestión son imprescindibles para
permitir a los arqueólogos y a otros científicos estudiarlo e
interpretarlo en nombre de generaciones presentes y futuras, y para
beneficio de las mismas.
Definición e introducción
El “patrimonio arqueológico” representa la parte de nuestro
patrimonio material para la cual los métodos de la arqueología nos
proporcionan la información básica. Engloba todas las huellas de la
existencia del hombre y se refiere a los lugares donde se ha
practicado cualquier tipo de actividad humana, a las estructuras y los
vestigios abandonados de cualquier índole, tanto en la superficie, como
enterrados, o bajo las aguas, así como al material relacionado con los
mismos.
Políticas de “conservación integrada”
El patrimonio arqueológico es una riqueza cultural frágil y
no renovable. La agricultura y los planes de utilización del suelo deben
ser ordenados y controlados con el fin de reducir al mínimo la destrucción
de este patrimonio. Las políticas de protección del
patrimonio arqueológico deben estar sistemáticamente integradas en las de
la agricultura y la utilización, desarrollo y planificación del suelo, así
como en las relativas a cultura, medio ambiente y educación. La creación de
reservas arqueológicas debe formar parte de estas políticas.
La protección del patrimonio arqueológico debe incorporarse
a las políticas de planificación a escala internacional, nacional,
regional y local.
La participación activa de la población debe incluirse en
las políticas de conservación del patrimonio arqueológico. Esta
participación resulta esencial cada vez que el patrimonio de una población
autóctona está en juego. La participación se debe basar en
la accesibilidad a los conocimientos, condición necesaria para tomar
cualquier decisión. La información al público es, por tanto, un elemento
importante de la “conservación integrada”.
Extraído de la Carta Internacional para la
Gestión del Patrimonio Arqueológico.
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