PALENCIA
Palencia estuvo habitada desde antiguo y así lo demuestran
los numerosos restos arqueológicos; son huellas de culturas centroeuropeas, de
pueblos nómadas ligados a la tierra como hablan los restos de cerámicas muy
influenciadas por pueblos celtas.
En torno al año 150 a.C. son los romanos los que pretenden
estas tierras. Hacia el año 72 a.C. Pompeyo destruye los últimos reductos
fortificados y el enclave de Palencia, adquiere importancia como punto
logístico del ejército romano.
En el siglo V las invasiones de Suevos y Vándalos destruyen
todo vestigio cultural anterior.
De la mano de sus obispos, Conancio y posteriormente
Ascario, Palencia vive una época de esplendor. Es cuando se construye la cripta
de San Antolín.
Después de una época de invasiones, plagas y epidemias
Sancho III el Mayor, Rey de Navarra, reconstruye la ciudad e instaura la Sede
Episcopal.
Con Alfonso VIII (1158-1214), Palencia disfruta de una época de esplendor con
fueros a la ciudad, la institución del primer concejo libre y la fundación de
la 1ª Universidad de España.
Bajo el episcopado de Tello Tellez de Meneses Palencia vive
el momento de máximo esplendor de su historia. En 1219 consagra el nuevo templo
catedralicio de estilo románico y predecesor del actual.
En época de Alfonso X se produce gran inestabilidad tanto
económica como de poder.
Durante la guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara esta tierra queda
desolada hasta la invasión del Duque de Lancaster. Cuenta la leyenda que el
Duque se presentó ante la muralla palentina cuando los hombres se encontraban
en campañas militares y las mujeres impidieron su entrada e invasión de la
ciudad. Esta acción provocó que Juan I concediese a las mujeres de Palencia el
privilegio de llevar bandas doradas como lo hacían los hombres.
Con los Reyes Católicos la sede episcopal de Palencia la
ocupan importantes personalidades como el obispo Fonseca. Palencia se convierte
en “Cabecera de la Hermandad de Campos”. Palencia se convierte en lugar de
visita frecuente de Carlos I, huyendo de la peste de Valladolid, transformando
la ciudad durante esta época en importante foco político.
En el siglo XVI con los favores de los obispos es cuando se
efectúan obras de ampliación de la Catedral y se configura urbanísticamente la
ciudad.
En el siglo XVIII se comienza la construcción del Canal de
Castilla por Carlos III.
En el siglo XIX la pujante burguesía promoverá cambios en la
ciudad con la construcción de edificios importantes, desaparecen las murallas y
se construyen los jardines del Salón y Jardinillos entre otros.
Estas actuaciones determinan la Palencia moderna. Una ciudad
de servicios con 79.745 habitantes que se estructura en torno a dos grandes
ejes: el río Carrión y el ferrocarril.
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